¿A terapia yo?


por Psic. Miren Begoña Echeandia, México, D.F.
Psicóloga, Psicología Clínica
DGP 4994657 UVM · Mtra. en Psic. Clínica Ced. 8907192 UVM
Tel.  044 ó (045) 55-3087-9355 · begetxeg@yahoo.com.mx

Ir o no a terapia es una decisión que normalmente dejamos para último momento, las razones pueden parecer todas válidas pero eso no evita los problemas cotidianos ni el estrés que generan.

El día a día nos pone retos y contratiempos que exigen una revisión de nuestras reacciones emocionales, porque son muchas las estadísticas que nos muestran diariamente los porcentajes de muertes por diferentes enfermedades y el estrés es un factor determinante en la mayoría de ellas. Evidentemente ciertos contextos emocionales están dados por los distintos problemas que a diario nos vemos expuestos a enfrentar y que si no los atendemos, podemos desarrollar una personalidad neurótica.

Reorganizar y estructurar nuestra propia personalidad, alterada por sentimientos de inseguridad, tensión y reacciones inmaduras ante los problemas cotidianos, es una de las razones por las que asistir con un profesional de la salud mental es una buena decisión.

El estrés puede provocar crisis de ansiedad, de ahí a una depresión el camino no es muy largo; nuestros miedos, problemas de conciencia, deseos, ambiciones, esperanzas, pensamientos irracionales, etc… son el asiento del problema y aunque todos poseemos un umbral de tolerancia al mismo, si lo traspasamos perdemos el equilibrio emocional; que este sea más o menos elevado se lo debemos en principio a nuestros padres, ya que ellos fueron los primeros responsables de nuestro cuidado y esta primera etapa del niño está llena de conflictos y frustraciones, la manera en que se enfrentaron marcó el nivel de ese umbral; por lo tanto nuestra vida adulta resulta afectada por el tipo de conflictos emotivos que se vivieron en los primeros años de nuestra infancia y adolescencia. Un individuo normal sale sin demasiadas “cicatrices” de aquella etapa y se va adaptando por sí mismo a las exigencias de la vida y la sociedad; pero hay que tener presente que hay contextos donde es más fácil ser normal que en otros.

La convivencia con los otros nos dice que todos estamos en la búsqueda de “algo”, a veces sabemos lo que es, otras lo creemos y muchas veces no tenemos idea, pero la autobservación nos permite verificar que nuestros comportamientos nos llevan siempre a satisfacer una necesidad, ya sea que cosa hacer, que esperar o a quien amar. No es fácil explicar los comportamientos pero siempre existe un motivo, una búsqueda, si lo lográramos nadie se deprimiría pero el lado “B” de la ecuación son las frustraciones, esto es algo que compartimos con los demás, con los otros. Unos se deprimen, otros caen en la locura y otros viven vidas desgraciadas, todo esto porque hay diferentes maneras de huir del miedo, el dolor o de la realidad.

Si caes te levantas, la vida es o debería ser una continua adaptación a distintas situaciones; lograrlo nos aleja de la infelicidad o de los desórdenes emocionales. Todas las personas somos el resultado de los que pensamos y hacemos. Algunos tipos de vida generan más felicidad que otros pero al final del día es algo por lo que todos tenemos que trabajar.

El Dr. Murray Banks recomendaba, en una de sus conferencias, “seis puntos de control” antes de llegar a un estado de estrés del que nos viéramos obligados a asistir a una terapia psicológica:
- Creer en nosotros mismos.Esto se dice fácil pero uno de los principales problemas de la personalidad es el complejo de inferioridad; todos deseamos ser amados pero si para ello tenemos que darle gusto a los demás, eso se convierte en un problema.
- No ser esclavo de la ansiedad y el temor. Nuestros pensamientos ilógicos e irracionales son los responsables de nuestra ansiedad; la creencia precede al sentimiento y los tranquilizantes no borran las creencias solo calman; la solución es tener consciencia  de nuestros pensamientos, porque toda depresión es producto de una persona atemorizada.
- Para ser felices es conveniente pensar de una manera feliz. Nuestros pensamientos generan emociones, si estos son positivos la emoción lo será también.
- Divertirnos ahora. El pasado ya se fue, el futuro no sabemos que traerá, así que si puede durante el día de hoy vivir, comer, salir, convivir, tomar el sol, etc…hágalo. No espere a que llegue el momento oportuno, la persona perfecta, la  libertad económica, “el dia es hoy”.
- Aprender a afrontar los desafíos de la vida. La salud mental puede ser algo escurridizo a menos que tengamos la fuerza para afrontar los problemas de la vida. No nos define lo que nos ocurre si no la manera en que reaccionamos a ello.
- Reirnos. Es el mejor antídoto contra todos los problemas, elimina la ansiedad y depresión  y nos permite encontrar soluciones a las pruebas que la vida nos ponga.

No se puede tener una felicidad ausente de dificultades, esta se consigue afrontando la vida con nuestros mejores recursos pero eso implica conocernos, crecer mental, emocional y espiritualmente. Adquirir la práctica de la autobservación sin caer en una situación obsesiva y llena de culpas y si en el camino el estrés parece llevarnos la delantera, no dudar en acudir con un profesional Psicoterapeuta.   M

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