por Dra. Mariana Arena Domínguez, Monterrey, Nuevo León, México.
Médico Cirujano Especialista en Calidad de la Atención Clínica
Ced. prof. 8322071 UNIVERSIDAD WESTHILL · Ced. Esp. 8566389 ITESM campus Monterrey
dra.arena.dom@gmail.com · dra.m.a.d@hotmail.com · @Dra_Arena
En casa de herrero azadón de palo”... diría mi abuela, ¿cuántas veces nos hemos topado con nutriólogos, médicos o enfermería obesos? En este artículo comentaremos sobre cómo este padecimiento crónico y multifactorial afecta al profesional de la salud en la relación médico paciente, en el apego al tratamiento de sus pacientes, de cómo la obesidad es considerada un riesgo laboral per se. Hablaremos también de la estadística básica sobre obesidad, y reflexionaremos acerca de las principales problemáticas de los programas contra esta enfermedad en las instituciones de salud; y para no decir que sólo nos quejamos, daré una pequeña propuesta de aspectos específicos a cambiar en los sistemas de salud que realizan programas para combatir la obesidad en su población.
Hay pocos estudios con respecto al impacto que tiene la obesidad del profesional de la salud en los pacientes, sin embargo los artículos revisados tienen en común un aspecto: El impacto es negativo contundentemente, ya que el paciente dentro de su status quo de obesidad y el reniego a salir de él, cuando el médico o nutriólogo obeso le da un diagnóstico y recomendaciones, automáticamente el paciente entra en un bloqueo mental, basándose en el “tu quote”, expresión en latín que significa “Tú también”, esto nos dice, “¿cómo un médico obeso se atreve a decirme que debo adelgazar y que mi salud está en riesgo?”. Y entonces la decisión del paciente para obtener un peso ideal puede estar dada por diversas causas, pero las más frecuentes son:
- Está inconforme con su aspecto físico: desea embonar en el concepto actual de belleza que ofrece la falacia de que mientras más delgado sea uno, más atractivo y exitoso será.
- La obesidad ya ha causado estragos en su salud: ha provocado comorbilidades como la diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, etc., y se desea regresar al punto en donde la obesidad no le cobraba la factura de este modo.
- Por resago, es decir, un grupo de personas o algún conocido con quien tiene una relación comienzan a adelgazar, o simplemente por los diferentes medios de comunicación le llega información y decide tomar medidas, sabiendo que tiene la opción de vivir saludable.
- Por libre albedrío, ha tomado la conciencia de merecer una vida digna y saludable, y desea luchar por ello.
Y puede lograrlo de dos diferentes maneras:
a) El autocuidado, puede ser informado sobre ejercicios, dietas y tips para bajar de peso o consumiendo productos milagro, en la espera de que su padecimiento crónico desaparezca con el mínimo esfuerzo y en poco tiempo.
b) Con ayuda de un profesional ya sea médico o nutriólogo, de índole privado o público.
Sin embargo, ninguna de estas formas garantiza el éxito en el resultado esperado, ni que después de obtener el peso deseado, éste se mantenga, puesto que hablando de manera global, el principal problema de la obesidad no es fisiológico, si no cultural y psicológico. En donde se distingue, que se desea estar delgado es para encajar en el marco de belleza estipulado por la sociedad, más que por la reflexión misma de estar un equilibrio que conlleve a una vida saludable.
LA OBESIDAD... ¿UNA EPIDEMIA?
Según las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para finales del 2015 habrá aproximadamente 2,300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones serán obesos. Por lo tanto es ahora reconocida como uno de los problemas de salud pública más importantes. La obesidad en adultos es más frecuente, pues hay alrededor de 475 millones de adultos obesos y más del doble de ese número con sobrepeso, igualmente, más de 200 millones de niños en edad escolar sufren sobrepeso; lo que es más agravante de este asunto es que estos niños con sobrepeso, si no se tienen medidas a tiempo, tendrán una vida útil más corta que la de sus padres.
No quiero alarmarlos, mucho se habla de la “vitamina T”, (tacos, tortas, tamales), ésta que caracteriza al país a nivel mundial como uno de los países más ricos en cultura gastronómica; sin embargo, el consumo desmedido de esta reconfortante cocina posiciona a México en segundo lugar dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor proporción de personas obesas respecto al total de su población.
Se puede decir que en México, tres de cada diez personas adultas son obesas, y casi siete de cada diez tienen sobrepeso; y uno de cada tres niños tiene sobrepeso o es obeso. Esto tiene un efecto inverso en el desarrollo económico y productivo del país, ya que para el año 2017, el gasto en salud generado para la atención de las comorbilidades de la obesidad estará por arriba de los 150 mdp.
Pero, ¿es culpa de la “vitamina T” la obesidad? No, la obesidad tiene un origen multifactorial, es decir, está dada por los determinantes sociales de la población, que definidos por la Organización Mundial de la Salud se refieren a las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Es decir, se transfiere como conducta generacional, por medio del spillover, padres obesos, que crían niños obesos, o de otra manera, padres sin conciencia sobre su salud no transmiten el valor de la calidad de vida que da el estar en un peso adecuado; tal vez haciendo hincapié en decirles que sus hijos tendrán la mitad de vida útil que ellos tienen, y por lo tanto cuidarlos cuando estén viejos, quizá así deseen forjarles buenos valores alimenticios.
Sin embargo, esto es un chantaje barato, como decir que: “te debes portar bien para que te puedas ir al cielo”, el ser humano debe tener la capacidad de conciencia y de reflexión en sí, capaz de entender que no debe causar daños a terceros simplemente por el mismo acto en sí, sin promesas de premios a futuro, igual sucede con la reflexión de los padres sobre la obesidad, un padre obeso y profesional de la salud que transfiere a sus futuras generaciones valores de descuido personal, en este caso la obesidad, atropella los derechos de sus hijos a la salud, y los priva de una calidad de vida óptima y los indignifica.
Para entender el impacto de la obesidad en los profesionales de la salud, Sara Bleich, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins, en Baltimore, realizó un estudio donde comentó que la mitad de los médicos tienen sobrepeso u obesidad, lo que influiría en muchas relaciones médico-paciente.
¿QUÉ FACTORES DETERMINAN LA OBESIDAD EN EL PROFESIONAL DE LA SALUD?
Al igual que en los pacientes, que nos son profesionales de la salud, la obesidad es multifactorial, sin embargo esta se ve insistente debido al ritmo de vida que llevan estos, y que se refleja en las siguientes situaciones:
• Un estudio reciente de la Escuela Universitaria de Salud Pública de Harvard demostró que la falta de sueño tiene múltiples efectos tales como: aumento del apetito y disminución de la saciedad, ya que se alteran las hormonas que lo regulan. Además de comer con más frecuencia, tan sólo por el hecho de estar despiertos conlleva a horarios irregulares de comida y a la falta de energía para realizar ejercicio físico.
• Las dietas hipercalóricas y con bajo contenido nutricional proporcionadas por los mismos institutos de salud a sus trabajadores.
• Los comercios aledaños a hospitales y centros de salud que venden comida rápida y chatarra, lo que combinado con el poco tiempo para comer, lo hace malamente, el alimento ideal para el profesional de la salud.
• El estrés laboral que provoca ansiedad y a su vez buscar la paz en el interior del refrigerador; un estudio realizado por el Hospital Psiquiátrico de la Habana, menciona que la gente obesa con alto riesgo laboral tenían un nivel de ansiedad reactiva mayor y diferentes rasgos de personalidad, estos estresores laborales se manifiestan en trastornos del sueño y trastornos de la alimentación. (volvemos a los mismo, ¿cierto?)
FACTORES PSICOLÓGICOS DE LA OBESIDAD DEL PROFESIONAL DE LA SALUD EN EL PACIENTE OBESO.
Ikram Antaki, dijo que los valores se aprenden con los ejemplos y con la reflexión... el profesional de la salud obeso, ¿diagnostica la obesidad?... Al momento en que se es diagnosticado y tratado por obesidad por un profesional de la salud obeso, el paciente sufre un bloqueo mental, en donde niega su problema rechazando el razonamiento del médico, ya que quien lo propone es inconsistente o incongruente en lo que solicita y afirma, desvalorizando así el criterio profesional, por lo que el apego al tratamiento de éste paciente se verá nulo, debido a la falta de credibilidad a éste. Esto es una actitud sesgada del paciente.
¿LA OBESIDAD DEL MÉDICO AFECTA LA RELACIÓN MÉDICO PACIENTE?
El paciente tiene prejuicio ante el médico gordo… pero el médico también lo hace con el paciente obeso. “Intentar prevenir o tratar la obesidad comienza con una conversación sobre la salud asociada con el peso”, dijo Puhl, jefa de investigación del Centro Rudd para las Políticas Alimentarias y la Obesidad de la Yale University, en New Haven, Connecticut; Puhl comentó que su equipo estuvo trabajando en técnicas educativas para modificar los estereotipos que los médicos construyen de los pacientes obesos. Bleich coincidió en que es un problema de doble vía: “Demostramos que los pacientes (con sobrepeso) suelen ser estigmatizados en el sistema de salud, pero los médicos no son inmunes a eso tampoco”, indicó.
PROPUESTA: POLÍTICAS PÚBLICAS AL CUIDADO DE LA OBESIDAD
Todo programa contra la obesidad en los sistemas de salud, deben ser estrategias de intervención múltiple, para una prevención y tratamiento integral; cómo ya vimos, la obesidad es multufactorial, y por ende, debe abordarse de forma multidisciplinaria, sistémica e integral, y se debe dar seguimiento al paciente al menos por un año, ya con el peso ideal, acompañado de su familia, incluyendo grupos de ayuda mutua.
ENFOCARSE EN EL CAMBIO DE HÁBITOS Y NO EN LA DISMINUCIÓN DE PESO.
Los resultados que el médico busca en el tratamiento de la obesidad son la talla y el peso, cuando el paciente llega al peso ideal, se le da de alta, y está demostrado que pasando 1 año o menos a partir del alta, más del 70% reinciden en el padecimiento o incluso llegan a tener un mayor grado de obesidad del que cuando llegaron con el médico, debido a que mientras el paciente está en tratamiento, únicamente se registran el peso y la talla, y si logran llegar a la meta sin haber desistido del intento, el profesional jamás se enteró, ni cuestionó, ni hizo registro de la percepción del paciente en cuanto sus hábitos alimenticios cotidianos, o si éste cambio resultaba difícil ¿cuáles fueron las causas de esa dificultad? Hay que asegurarse de que el paciente comprenda adecuadamente las causas y las soluciones complejas de la obesidad, a fin de evitar que se considere una cuestión que se deba, por ejemplo, a la falta de voluntad.
INDIVIDUALIZAR LA ATENCIÓN CON PROGRAMAS CENTRADOS EN EL PACIENTE.
El problema de la mayoría los programas en los sistemas de salud contra la obesidad, no son enfocados en el paciente, es decir, el paciente es el que se debe adecuar al servicio, en vez de que el servicio se adapte a las necesidades del paciente, cambiar este enfoque tendrá como resultado, una atención individualizada, y que quiero decir con esto, que no todos los pacientes requieren lo mismo, y el profesional de la salud y el sistema deben ser sensibles a ello. M