Gastroenterología Quirúrgica - Cirugía Colorectal
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Los síntomas que manifiesta la presencia de piedras en la vesícula son dolor abdominal, distensión del vientre al comer grasas, “indigestión” y molestias tipo agruras.
El tubo digestivo es un aparato complejo, lleno de subsistemas dentro del sistema digestivo y todos deben funcionar orquestadamente, pues un mal funcionamiento de una parte podría llevar a un mal funcionamiento de otra. Algunas funciones del sistema digestivo son exclusivamente hacia dentro del organismo, algunas son exclusivamente hacia fuera y otras mixtas.
Ante un sistema tan complejo, es obvio que pueden surgir problemas en cualquiera de las partes, en cualquier momento, que su delicado equilibrio se vea interrumpido o amenazado. Uno de los sistemas muy frecuentemente afectados es el sistema de la bilis, compuesto por lo que se conoce como la vesícula y los conductos biliares. La bilis se produce en el hígado que mezcla en su proceso cantidades de elementos como sales biliares, calcio, bilirrubinatos, enzimas, agua, etc. en las concentraciones justas para que la bilis se mantenga líquida.
Una vez formada por el hígado, se almacena –una buena parte de ella- en una “bolsita” llamada vesícula biliar, que es el único lugar donde este líquido reposa estático temporalmente. Cuando comemos, la presencia de algunos alimentos y del vaciado del contenido gástrico hacia la primera parte del intestino, provocan que la vesícula expulse la bilis existente para participar de la digestión de los alimentos. La bilis excretada viaja con los alimentos y se descompone en sus componentes individuales, los cuales son reabsorbidos en el mismo sistema digestivo y regresados al hígado a través de la sangre, para volver a su ciclo.
Todo lo que interrumpa este ciclo, provocará trastorno de función de la vesícula y esto afectará la constitución y reconstitución de la bilis y cuando alguna de las concentraciones de sus componentes sólidos o líquidos varía mucho, los contenidos sólidos se cristalizan iniciando la formación de “piedras” (cálculos), que luego provocarán dolor.Uno de cada 10 personas padecerá piedras en la vesícula, y los factores para que aparezcan son muy variados y van desde la herencia, el embarazo, las comidas ricas engrasa, incremento de colesterol en sangre, algunos medicamentos hormonales, las dietas intensas para bajar de peso y la obesidad, entre otros factores.
Los síntomas que manifiesta la presencia de piedras en la vesícula son dolor abdominal, distensión del vientre al comer grasas, “indigestión” y molestias tipo agruras. Cuando se complica puede subir la bilirrubina poniendo la piel amarilla y el color de la orina tornarse oscuro.
En cualquiera de los síntomas debe consultarse al médico de inmediato a fin de recibir tratamiento oportuno y evitar complicaciones, algunas de las cuales pueden poner en peligro la vida como la pancreatitis.
El tratamiento es remover la vesícula biliar (único lugar donde la bilis reposa) y retirar con ellas las piedras en su interior. Mientras eso se realiza la dieta sin grasas es indispensable para evitar complicaciones y dolor. M
