Con una diabetes bien controlada y bien compensada, ésta no tiene por qué ser una enfermedad severa. Es muy importante informar a su dentista si le han diagnosticado diabetes, si está controlado y los nombres de todos los medicamentos que esté tomando.

Problemas de salud bucal vinculados con diabetes:

• Caries dental
• Disfunción y agrandamiento de las glándulas salivales
• Infección y retraso en cicatrización
• Deterioro en el sentido del gusto
• Síndrome de la boca ardiente
• Aftas
• Candidiasis Oral
• Boca seca o Xerostomía
• Mucormicosis y Ficomicosis
• Glositis Romboidal Media
• Liquen Plano y Reacciones Liquenoides 
• Enfermedad Periodontal. 

Estas manifestaciones pueden presentarse si no hay un control suficiente del azúcar en la sangre, por eso es muy importante mantener los niveles de glucosa; una dieta bien balanceada que llene sus necesidades, una muy buena higiene oral y chequeos dentales regulares al menos dos veces por año para un examen completo, y de ser necesario, visitar a su dentista con mayor frecuencia. En caso de presentar llagas, fuegos, heridas, sangrado de encías, úlceras, pérdida de piezas dentarias, dolor, parches blancos o mal aliento, debe visitar inmediatamente a su dentista.

Los cuidados orales preventivos, incluyendo las limpiezas profesionales en el consultorio dental al menos 2 veces por año, tratar cualquier problema bucal, y una estricta higiene oral son muy importantes si quiere controlar la progresión de los problemas de salud bucal.

La goma de mascar sin azúcar, las mentas sin azúcar, tomar frecuentemente sorbitos de agua o chupar pedacitos de hielo puede ayudar a aliviar la boca seca. Restringir la cafeína, el alcohol y dejar de fumar también ayuda.

Existe una serie de factores que pueden provocar la pérdida del control metabólico, produciendo una descompensación del diabético, y por lo tanto, la posible aparición de complicaciones no deseables. Estos factores  son:

Dolor: Controlar el dolor en el paciente diabético es de suma importancia, ya que esto provocará estrés agudo, lo que aumenta la liberación de adrenalina y la eliminación de glucocorticoides, además de la disminución de la secreción de insulina. Todas estas alteraciones provocan un incremento de la glucosa en la sangre, ya que la adrenalina tiene efecto contrario a la insulina.

Estrés: Cuando el organismo percibe una situación de estrés, aumenta su producción de adrenalina, lo que ocasiona grandes reacciones en el cuerpo, la mayoría de ellas en el hígado, que mantiene un almacén de glucosa y grasas para ser utilizadas en emergencias, estos combustibles salen hacia la sangre para que estén disponibles en caso de necesitarlos, lo que hace que aumenten las cifras de estas dos sustancias en la sangre; de esta forma, el diabético puede desarrollar una hiperglucemia. Por esta razón, son aconsejables las citas dentales sin demoras en sesiones cortas.

Susceptibilidad a las infecciones: Los pacientes diabéticos tienen mayor susceptibilidad para las infecciones, es muy importante tener en cuenta cualquier infección: hay que  tratarla enérgicamente. Se debe dar la cobertura antibiótica según el tipo de intervención y el grado de control de la diabetes, es recomendable la instauración de cobertura antibiótica preoperatoria, y sobre todo postoperatoria.

Retardo en la cicatrización de las heridas: Ésta cicatrización comprometida en el diabético, puede ser debida a una alteración en la actividad celular con una menor síntesis de colágeno por parte de los fibroblastos y a un aumento en la actividad de la colágenasa. Las medidas a considerar encaminadas a favorecer la hemostasia y la cicatrización son actos quirúrgicos poco traumáticos y sutura de la herida residual. Es por lo anterior, muy importante informar al dentista que se padece diabetes antes de cualquier tratamiento que se vaya realizar. Examine regularmente su boca para detectar problemas a tiempo, si utiliza dentadura o puentes móviles, manténgalos limpios, cepille sus dientes después de cada comida y utilice hilo dental diariamente.

Cepillado: Un cepillo de dientes sólo puede limpiar uno o dos dientes por vez. Dedique alrededor de 3 minutos de cepillado para limpiar bien todos sus dientes. Use un cepillo con cerdas suaves y puntas redondeadas. Es menos probable que las cerdas suaves lastimen las encías. Ubique el cepillo en ángulo contra la línea de las encías, donde se juntan los dientes y las encías. Mueva el cepillo de atrás para adelante con pequeños trazos. Use un movimiento suave para refregar. Cepille el sector externo de los dientes. Haga lo mismo con el sector posterior de los dientes y con los sectores propios de la masticación. Cepille el sector áspero de la lengua para retirar los gérmenes y refrescar el aliento. Recuerde cepillarse las encías también. Compre un cepillo nuevo cuando las cerdas estén gastadas o dobladas, aproximadamente cada 3 ó 4 meses.

Limpieza con hilo dental: Pocas personas disfrutan de la limpieza con hilo dental. Pero si no se limpia con hilo dental, solamente está haciendo la mitad de la tarea de lavarse los dientes y las encías. La limpieza con hilo dental retira la placa y los pequeños restos de alimentos presentes entre los dientes y debajo de la línea de las encías. El hilo dental llega a zonas que el cepillo no puede alcanzar. Higienícese con hilo dental una vez por día.

Recuerde que un buen control de sus niveles de azúcar en sangre, un buen cuidado de sus dientes y encías, y una dieta bien balanceada, ayudarán a prevenir cualquier alteración o enfermedad en su boca.   M

Dra. Adelina González Ramírez - Odontología, Bernardino de Sahagún No. 299, Tel. 216-3638 y 252-0147.  Ced. Prof. 734248 UMSNH  | SSA 22883