Demencia y Crisis Familiar

Decía el geriatra escosés Sir Ferguson Anderson que el mayor regalo que puede hacer un médico a su paciente es un diagnóstico correcto. Actualmente las demencias se están viendo cada vez más en la población, siendo la consecuencia lógica al parecer el aumento de la expectativa de vida, además del cambio en la pirámide poblacional que se está dando gradualmente; cada vez habrá más adultos mayores con algún tipo de demencia y esto traerá consigo crisis familiares.
Tal vez un cambio en la manera en que la sociedad percibe las enfermedades neuropsiquiátricas rompa el tabú que aún permanece en la gran mayoría, que muchas veces es por desconocimiento y falta de voluntad por saber más. 

Hay ciertos términos que por haber sido ampliamente difundidos en los medios masivos de comunicación, la gente los utiliza indiscriminadamente para referirse a enfermedades que a veces ni tienen que ver con el nombre; por ejemplo, el término Alzheimer ahora es muy común, la gente dice “ojalá no me de el Alemán”, refiriéndose al término que a veces se les dificulta pronunciar… en fin, al menos saben algo de lo que se trata. Lo que mucha gente no sabe, es que la demencia tipo Alzheimer no es el único tipo de demencia que existe, y que hay casos de demencias en personas muy por debajo de las edades que la gente piensa. Tenemos además otro tipo de demencias que no son progresivas, incluso una que es reversible causada por falta de vitamina B1 (enfermedad de Wermicke-Korsakoff).

Por lo tanto, el término Alzheimer está siendo mal utilizado a falta de conocimiento de la causa. Esto es importante porque cuando se le da el diagnostico a un miembro de la familia y se le dice que tiene un deterioro cognoscitivo o que tiene una demencia, a veces no ocurre una conciencia o entendimiento de lo que implica. Como se sabe, la demencia tiene etapas como cualquier enfermedad, y en el Alzheimer las etapas son progresivas.

Para muchas familias la noticia se toma sin ser conscientes de los problemas que vendrán después, muchas veces se minimiza o se acude a la medicina alternativa con la esperanza de encontrar una cura mágica a una enfermedad que hasta la fecha no la tiene. Son ya en las etapas avanzadas de la enfermedad cuando la familia comienza a tener que aceptar a manera forzada la enfermedad, pues se comienzan a suscitar problemas derivados de la misma enfermedad: olvidos, irritabilidad, conductas desinhibidas, ideas paranoides, alucinaciones, deterioro motor, alteración del ciclo sueño-vigilia, entre otras.
Entre más estable sea y más funcional tienda a ser la familia en la que se encuentre la persona con demencia, sea de tipo Alzheimer o no, mejor calidad de vida podrá tener el paciente. 

Es muy habitual ver cómo la familia le carga toda la responsabilidad a uno de los miembros (en el mejor de los casos) o terminan abandonando o dejando en un estado de negligencia el enfermo. Por lo que estos temas se han convertido en un tabú como muchas cosas en la sociedad mexicana, y la sociedad hermosillense no es la excepción; no se habla de ello, no se planifica, y cuando sucede, encuentra al sistema familiar desprevenido y puede ser causa de desestructuración del mismo, ocasionando rupturas en las relaciones, pleitos entre hermanos, entre familiares, por no estar de acuerdo en las maneras de abordar la enfermedad.

Es importante entonces que después de enterarse del diagnóstico, se comiencen a planear estrategias sobre en quiénes (y no en quién) recaerá la responsabilidad de cuidar cuando la fase de la enfermedad lo requiera, ya que en la fase avanzada una persona con demencia no es capaz de cuidarse por sí sola… requiere asistencia las 24 horas del día. Esto puede implicar altos costos que la mayoría de las veces la familia no puede sustentar, además que los seguros, los pocos que hay y que cubren este tipo de enfermedades, no cubren en totalidad los gastos indirectos que generan, por lo que además, 
este tipo de enfermedades, no cubren en totalidad los gastos indirectos que generan, por lo que además, este tipo de enfermedades están representando y van a representar una gran carga económica y psicosocial para las generaciones que vienen.

Lo que se puede hacer es preparar mejor a las familias, para que se adapten a la enfermedad y se generen relaciones de cooperación entre los miembros, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen Demencia.  Es necesario urgentemente que nuestra sociedad supere el tabú de las enfermedades mentales y neuropsicológicas, ya que es algo que cada vez prevalecerá más.

El panorama relacionado con las demencias en nuestra sociedad no es muy favorable, ya que la falta de hospitales de alta especialidad para pacientes geriátricos, casas de media estancia, albergues, entre otros tantos que puedan contener la demanda social que irá en aumento, en la actualidad son muy pocos.   M

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Dr. Eduardo Monteverde Maldonado - Psiquiatría. Clínica del Noroeste, Cons. 105 P.B  Tel: 212-1371, Cel. (6621) 843-333 | drmonteverde@hotmail.com. Ced. Prof. 3558395 UAG | Ced. Esp. 5132009 UAS | Reg. SSP Esp 33/07

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