Recomendaciones para evitar Lesiones Deportivas

Las lesiones deportivas ocurren con ocasión de la actividad física tanto recreativa como de competición; pueden aparecer por accidentes o por sobrecarga (presión excesiva sobre un hueso o articulación, etc.) y no difieren de las lesiones que se producen por causas ajenas al ejercicio físico.

Las lesiones necesitan no sólo del correcto diagnóstico y del tratamiento adecuado, sino también requieren de una cultura de prevención que contribuya al bienestar y mejor calidad de vida derivado de la práctica deportiva.

La prevención de lesiones en el deporte depende de una serie de factores:

  1. La buena forma física o buen acondicionamiento físico; 
  2. Demandas deportivas durante el entrenamiento y la competencia; 
  3. Actividades físicas de calentamiento previo al entrenamiento o competencia; 
  4. Conocer el espacio físico y características ambientales donde se va a realizar la actividad deportiva; y 
  5. Usar la ropa adecuada y los implementos de protección especializados.

¿Cuál es la base más importante para evitar lesiones?
Una buena forma física es la base más importante para evitar lesiones; aquellas personas que están por debajo de un buen nivel físico de acuerdo a la actividad y competencia, tienen más probabilidades de padecer lesiones tanto por accidente como por sobrecarga. Cada deportista debe analizar junto con el preparador físico o entrenador las demandas de su deporte antes de decidir el esquema de entrenamiento. La intensidad y la carga debe ser adaptada de forma individual en función del nivel técnico y de la condición física. Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física, (por ejemplo después de un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva.

¿Cuál es la función del calentamiento?
Los ejercicios de calentamiento están pensados para preparar al organismo para la actividad física. Cumplen dos funciones muy importantes: evitar las lesiones y mejorar el rendimiento deportivo. En reposo, el flujo sanguíneo hacia los músculos es relativamente bajo, y los pequeños vasos están cerrados. Con la actividad, el flujo sanguíneo aumenta a medida que los vasos se van abriendo y preparan a los músculos para el trabajo que van a realizar. La actividad física al incrementar la producción de energía hace que aumente la temperatura de los músculos, lo que mejora la coordinación y disminuye la probabilidad de lesiones.

El calentamiento debe iniciarse con movimientos de grandes grupos musculares para que se produzca un gran aflujo de sangre. Posteriormente se van activando grupos musculares más específicos. Además, es preciso realizar ejercicios de estiramiento de los distintos grupos musculares. La última fase del calentamiento está dirigida al gesto técnico específico de cada deporte.
      
Los ejercicios de calentamiento deben realizarse, siempre, antes del entrenamiento y de la competición; son los factores más claros en la prevención de lesiones y en el aprovechamiento del rendimiento deportivo.
Después del entrenamiento o de la competición, se deben hacer ejercicios de enfriamiento para volver a la situación de reposo de forma paulatina, y para relajar los músculos y dejarlos listos para la siguiente sesión.

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Dr. Gustavo M. Azcona Arteaga. Ortopedia y Traumatología. DGP 1227314, Ced. Esp. AE-003547. Torre Médica CIMA. Reforma esq. Río San Miguel, 1er. Piso, Módulo A.
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