Trastorno de estrés postraumático

Todas las personas se enfrentan comúnmente a situaciones que les son desagradables, suceden, causan un impacto temporal, tal vez unos minutos, horas y se olvidan. Otras veces son situaciones inesperadas (como accidentes) las cuales pueden causar un impacto mayor por un tiempo. Pero cuando la persona se enfrenta a situaciones como el ser víctima de un secuestro, un asalto, presenciar un acto de violencia, o recibir amenazas para su integridad física o la de los suyos, pérdida repentina de un ser querido o algún otro evento que afecte profundamente su mente, estos pueden dejar más que una huella temporal.

Es cuando pueden aparecer síntomas que persisten a pesar de haber concluido el evento, y muchas veces, aunque la persona reconozca como tal que su reacción no es la acostumbrada, o simplemente no pueda identificar la razón del por qué no puede dejar de pensar en el evento, tener imágenes espontáneas de la situación que le aparecen a cualquier hora del día y que le afectan en su vida diaria.

Es entonces cuando se pueden identificar síntomas de lo que se conoce como el Trastorno de Estrés Postraumático. Ya sea en su fase aguda (si los síntomas duran menos de 3 meses) o crónica (más de tres meses), este trastorno ocurre en personas que han estado expuestas a las situaciones no cotidianas que provocan un impacto fuerte y desencadenan un desequilibrio a nivel de las neuronas.

La persona que lo padece, revive el acontecimiento por medio de recuerdos que aparecen en su mente de manera involuntaria que provocan malestar y pueden aparecer también imágenes, pensamientos o percepciones. Junto con esto la persona tiene sueños recurrentes sobre el acontecimiento. Puede repentinamente entrar en un estado de conciencia en el que se tiene la sensación de que el acontecimiento traumático esta ocurriendo, se revive la experiencia, pueden aparecer ilusiones, alucinaciones y los llamados “flashbacks”, que son fenómenos psicológicos que consisten en que la persona tiene repentinamente un recuerdo vívido de una experiencia pasada.

Cuando hay contacto con estímulos que simbolizan o recuerdan algún aspecto del acontecimiento traumático, surge un malestar psicológico intenso que puede manifestarse como una “cascada” de emociones y sensaciones intensas asociadas al evento traumático. Estos síntomas hacen que se afecte la actividad general de la persona que lo padece. En un intento por contrarestar los síntomas, la persona puede hacer esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático y esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma. También puede aparecer dificultad o incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma. Todo esto lleva a reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas, ya que la atención se centra en tratar de evitar revivir la escena.

El esfuerzo reiterado cansa a todo el organismo completo en todos sus aspectos, produciendo una sensación de desapego o enajenación frente a los demás, se les ve como personas distraídas, encerradas en su mundo, “idas”. Se mantiene en un estado de “hipervigilancia” , puede ocurrir que se “sobresalte” por las noches o se despierte aterrorizado, esto último es más común en niños.

La modalidad principal para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático, es la psicoterapia psicodinámica, cognoscitiva conductual entre otras. Con el uso de medicamentos para reforzar la psicoterapia y ayudar a reducir los síntomas. Los objetivos del tratamiento son ayudar a los pacientes a recuperar el sentido del valor, es decir mejorar su autoestima y a ganar un sentido de control de sí mismos y de sus vidas.

En dicho trastorno son afectadas todas las capas de cerebro y existen pruebas considerables basadas en investigación científica de que las células del cerebro (neuronas) pueden ser modificadas de manera física y permanente. Actualmente se ha estudiado la modalidad de combinar medicamentos conocidos como I.S.R.S (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina) y ansiolíticos que aparte de disminuir los síntomas del trastorno por estrés postraumático, benefician respecto a los síntomas depresivos. Las personas que reciben tratamiento pueden volver a su vida cotidiana y recuperarse de los síntomas. M
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Dr. Eduardo Monteverde Maldonado. Psiquiatra. Ced. Prof. 3558345 UAG. Ced. Esp. 5132009 UAS, SSP. Esp. 33/07. Clínica del Noroeste, Cons. 205, Planta Baja, Colosio esq. Juárez, Col. Centro. Hermosillo, Son. Consultorio (662) 212-1371, (6621) 84-3333,  www.drmonteverde.net   |  drmonteverde@hotmail.com

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