Obesidad y Familia

Lic. Ibis Ocaña Romo - Psicología Infantil

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La obesidad infantil se ha convertido en un problema de proporciones epidémicas, el comer excesivamente, la falta de ejercicio y el estilo de vida sedentaria trae como consecuencia la obesidad y un mayor riesgo de mortalidad, así como el desarrollo de enfermedades o padecimientos que constituyen las principales causas de muerte en nuestros días.

En el niño obeso, el comer es una forma de reducir la ansiedad, y si se transforma en algo habitual, con el tiempo se aumentará más de peso, estableciendo con esto un círculo vicioso donde la ansiedad se reduce comiendo. En este sentido, es de suma consideración el apoyo de la familia hacia el niño obeso, ya que una dinámica familiar disfuncional conduce en muchos casos a la obesidad en los menores. El nivel de funcionalismo familiar en un momento determinado puede afectar a aquellas influencias familiares, de manera tal que éstas se reflejen positiva o negativamente en la salud de sus individuos.

La probabilidad que un niño sea obeso se incrementa si:

  • Ambos padres son obesos y/o llevan una vida familiar sedentaria.
  • Hábitos de alimentación familiar inadecuados, como ver la televisión especialmente durante las comidas.
  • Disminución de la lactancia materna como forma más adecuada de alimentación del neonato.
  • Tendencia a compensar la ausencia física de los padres con comida (la mayoría de los padres trabajan todo el día fuera de casa, al llegar el niño requiere y demanda nuestra atención, es fácil entonces caer en el error de intentar distraerlos ofreciendo alimentos y sentarlos frente al TV).
  • El cubrir todas las necesidades o demandas del niño con comida (muchas veces el niño se encuentra enfadado, tiene miedo o se siente solo; el hecho de cubrir todos sus requerimientos con alimentos lo confunde, no le permite diferenciar entre la sensación de hambre y sus necesidades afectivas, esto le lleva a la sobrealimentación y futura obesidad).
  • La insistencia de algunos padres por que sus hijos ingieran grandes cantidades de comida (se debe tener en cuenta que a partir del 2º año, el consumo de alimentos disminuye de manera fisiológica, el aumento de peso del primer año es de 6 kg. A partir del 2º año sólo es de 2-3 Kg al año.

Existen 3 puntos fundamentales para evitar la obesidad: Hábitos alimenticios correctos, actividad física (3-5 días a la semana) y participación familiar.

El requisito clave es modificar los hábitos nutricionales erróneos de la familia. Los padres deben predicar con el ejemplo a la hora de seleccionar los alimentos, las cantidades y cuándo ingerirlos. No se debe utilizar la alimentación para suplir otras necesidades emocionales ni para gratificar al niño. El niño necesita amor, ser escuchado y que jueguen con él.   M

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